La administración de Biden ha dado un paso más en la creciente batalla tecnológica con China al anunciar restricciones más estrictas en la exportación de chips, en particular aquellos relacionados con la inteligencia artificial. Estas restricciones se producen como parte de un esfuerzo por cerrar posibles brechas en las regulaciones existentes anunciadas en octubre de 2022.
El Departamento de Comercio de EE. UU. reveló las nuevas reglas, que se espera que aumenten la efectividad de los controles de exportación, dificultando aún más las vías para eludir las restricciones previas. La secretaria de Comercio de EE. UU., Gina Raimondo, enfatizó que la medida tiene como objetivo proteger la seguridad nacional restringiendo el acceso a tecnologías críticas, al tiempo que minimiza cualquier impacto no deseado en el comercio.
Uno de los cambios más notables es la inclusión de chips de inteligencia artificial avanzada en la lista de productos afectados. Esto incluye chips como el Nvidia H800 y A800. Además, las restricciones de exportación se han extendido más allá de China continental y Macao a 21 países con los que Estados Unidos mantiene un embargo de armas, incluyendo Irán y Rusia.
Estas medidas, que ya han tenido un impacto negativo en las acciones de importantes fabricantes de chips estadounidenses, entrarán en vigencia en 30 días. La intención original de las reglas era dificultar la capacidad de China para adquirir chips de computación avanzados y fabricar sistemas de armas avanzadas. Sin embargo, desde entonces, altos funcionarios de la administración han argumentado que era necesario ajustar las restricciones debido a los desarrollos tecnológicos.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, quien visitó China en agosto, subrayó que la administración se centra en frenar el avance militar de China y que no se han impuesto restricciones adicionales a los chips para otras aplicaciones, como los utilizados en teléfonos, videojuegos y vehículos eléctricos.
A pesar de estas afirmaciones, China ha criticado las nuevas reglas, acusando a Estados Unidos de politizar y militarizar cuestiones comerciales y tecnológicas, y desestabilizar las cadenas de suministro globales. Beijing ha expresado su determinación de «ganar la batalla» en tecnologías clave para reforzar su posición como superpotencia tecnológica.
La rivalidad tecnológica entre las dos mayores economías del mundo se ha intensificado en los últimos meses. Estados Unidos ha buscado la ayuda de sus aliados en Europa y Asia para restringir las ventas de equipos avanzados para la fabricación de chips a China. Por su parte, China respondió imponiendo sus propias restricciones a las exportaciones de germanio y galio, dos elementos esenciales para la fabricación de semiconductores.
El anuncio de las nuevas restricciones tuvo un impacto inmediato en el mercado de valores, con las acciones de empresas de tecnología como Nvidia, Intel y AMD registrando caídas. Nvidia, por ejemplo, informó que las reglas imponen nuevos requisitos de licencia para las exportaciones a China y otros mercados.
La industria de fabricación de chips está evaluando el impacto de estas nuevas reglas, mientras que la Asociación de la Industria de Semiconductores señaló la importancia de coordinarse con los aliados para garantizar un campo de juego nivelado para todas las empresas en medio de estas tensiones comerciales y tecnológicas.
En resumen, las restricciones a la exportación de chips de inteligencia artificial y otros componentes tecnológicos a China representan un nuevo episodio en la creciente rivalidad tecnológica entre Estados Unidos y China, con implicaciones para la industria de semiconductores y las relaciones comerciales internacionales.